Saltar al contenido
INFORME DESDE LA TRINCHERA

INFORME DESDE LA TRINCHERA

  • por
Psicoterapia en la cuarentena

Escribo mis impresiones del trabajo con los pacientes, en la primera semana de cuarentena, sumergida en el desconcierto y la incredulidad que esto nos provoca a todos, a ellos y a mí. El enunciado del “yomequedoencasa”, presentado en singular pero devenido ley, ha ido impactando como encierro, confinamiento, aislamiento, reclusión y múltiples significados que van resonando en cada uno de nosotros.

Muy acostumbrada y cómoda con realizar las sesiones a distancia, lo que aquí se agregó en forma abrupta, fue un virus y su propagación, que cambió de forma veloz el escenario, pasando de un día para otro al “no-trabajo”, a la “no-escuela”, a la “no circulación” y a la (¿no?) sesión.

La orden de no salir de las casas, me llevó, como a tantos colegas, a ofrecer a los pacientes -que mantenían la sesión en forma presencial-, la propuesta de hacerlo on-line o por teléfono. Y sin perder la singularidad de cada caso, deseo señalar lo que de diferente irrumpió en la sesión:

1- AMBOS ESTAMOS EN EL MISMO BARCO

En el discurso de algunos analizados, observé cómo lo social y su solidaridad entraban en la consulta:

“Pensé en dejarlo por el temor económico de lo que se viene, pero también pensé que tú y yo estamos en la misma situación. Si yo no vengo y mis alumnos de piano no vienen todos perderemos”.

“Venir aquí es una forma de estar juntas, no nos quedemos aislados, nos hace bien”.

Pienso, que acostumbrados a un dispositivo que de por sí es asimétrico, la aparición del otro como igual no estaba al servicio de borrar las diferencias, sino de una conciencia de humanidad. En la misma dirección, hay otro dato clínico y fue la aparición de muchas preguntas referidas a mi persona, a mi tierra de origen, cobrando fuerza la persona del analista. Y con necesidad de mi parte y del paciente de ser contestadas.

2- ¡NO ES MOMENTO DE FANTASEAR!

Las ansiedades desplegadas en la sesión incrementaron discursos muy pegados a la realidad. Más que fantasías en torno al fenómeno, en estos primeros momentos de asombro y perplejidad se enumeraron: lo conseguido, lo mantenido, lo no perdido, así cómo quiénes me preocupan y a quién tengo que cuidar.

“Ya he hablado con mi madre que me dijo que si necesito ayuda económica no dude en pedírsela”.

O cómo enfrentar la vida en familia:
“Con mi marido dejamos de discutir, y estamos tratando de no pelear”.

3- LA REALIDAD GLOBAL PERO EN FORMA ESCALONADA

Es habitual que en el trabajo de sesión a distancia, con pacientes de diferentes países y husos horarios, la temporalidad es otra variable a tener en cuenta. Al ¡Buen día! del paciente muchas veces se contesta el ¡Buenas tardes! del analista. Pero en esta situación de Estado de Alarma, con las medidas tomadas por cada país, y no de forma simultánea, se generó una curiosa posición, donde uno de los dos (paciente o analista) lo estaba viviendo en presente frente a otro al que le está por suceder lo mismo en un momento posterior. Coexistiendo entonces, en la cabeza de analizado- analista, la realidad psíquica, la material, pero también la global. Y terminó ocurriendo que con estos tiempos retardados, el paciente soñaba, deseaba, fantaseaba y desde otro lugar yo me encontraba ubicada en un papel extraño ya sea de representante de la realidad o de vidente del futuro por venir.

“Me gustaría tomarme unas vacaciones en la playa, no sé si en el trabajo me lo permitirán” (mientras aquí la policía estaba en las autopistas restringiendo el paso de coches, que iban alegremente a su segunda residencia, en el país de mi paciente todavía faltaban unos días para que eso suceda).

4- ARMANDO LA NUEVA CONSULTA

La cuarentena requiere una necesidad de acomodar la cotidianeidad a la casa, y especialmente cuando son varios integrantes en la vivienda. A partir de ahí, surge dónde ubicar la sesión, pudiendo esto traer aparejado la necesidad de un cambio de horario. Y no solo influye con que sean casas pequeñas o grandes, sino que depende de muchos elementos (horarios, ruidos, habitaciones compartidas, intromisiones), además del lugar que viene ocupando en la mente del paciente el espacio analítico.

Varios escenarios se fueron presentando:

“Prefiero realizar la sesión cuando mi esposa sale a por el pan”.

O jóvenes que escenifican la conflictiva adolescente, sintiendo que no tienen un espacio privado ya que “mis padres están por todos lados”.

También a los padres y madres a quienes les es muy difícil gestionar un momento de reflexión, invadidos por los niños, dificultándoles tener un tiempo propio. “Decidimos realizar la sesión en la cochera, el único lugar disponible”.

5- LA NO-SESION

Ante mi propuesta de realizar la sesión online no todos los pacientes aceptaron. Entiendo que existen diversos motivos que les impide “asistir”: aquéllos a quienes no les gusta lo telemático, ya sea por desconocimiento, por temor, o por falta de presencia real. También los hay quienes la temática del virus invade tanto su espacio mental, que no imaginan que esto se puede compartir, o ponerlo a trabajar, simplemente les aparece la pregunta ¿y yo de que voy a hablar?

Están los que se encuentran muy involucrados en tareas que requieren su presencia activa en la “lucha contra el virus” y también que vivo en una cultura en que “lo psicológico” no está integrado como un dispositivo para tener a mano, y un recurso habitual. “No es necesario ir al psicólogo cuando uno está con tantos problemas de fuera…”

Mientras termino este escrito, sale anunciado en el telediario que la cuarentena se extenderá. Me pregunto cómo la prolongación del tiempo, la incertidumbre y el avance de la enfermedad nos afectará a todos.

Como dice Silvia Bleichmar en No me hubiera gustado morir en los 90* , que los pueblos pueden vivir durante mucho tiempo acechados por miedos que solamente aquejan a la vida cotidiana, pero en un momento todo da un giro y la guerra o la crisis irrumpe en la vida de las personas, quizás “la paz de los pueblos sea simplemente eso: el derecho a los goces y a los miedos privados”.

¡Ojalá que los recuperemos!

Adriana Szlifman
Psicoanalista. Psicoterapeuta
Sevilla – España


Publicado originalmente en inglés en THERAPYROUTE.COM
Bajo el título “Report from the trenches”
El 26/03/2020

*Bleichmar, Silvia. No me hubiera gustado morir en los 90. Taurus. Buenos Aires, 2006.


Entradas Similares del Autor:

¿Hablamos?
Call Now Button