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Número 18

Reflexiones sobre un caso clínico de un niño en análisis

Artículo

Por Laura Ezquerra

A través de la presentación de un caso clínico de un niño1 en análisis, me propongo reflexionar acerca del proceso psicoanalítico advenido. El interjuego transfero-contratransferencial permitió acceder a un trabajo de simbolización que se tornó fundamental para el paciente y le permitió cómo verán a continuación, ir transformando angustias muy precoces ligadas a la cuestión de sus orígenes. Para tal fin, fue necesario mantener en otros momentos un trabajo constante con los padres a lo largo de todo el tratamiento con el niño. En esta viñeta sólo aportaré algunos fragmentos del trabajo realizado con el paciente.

François tiene diez años, es francés y de aspecto maya, habla muy poco español y sólo se dirige a mí en francés. He entrevistado previamente a sus padres en dos ocasiones que me explican que François es un niño adoptado en Perú a los seis meses. Fue abandonado por su madre biológica el día en el que nació y cuidado en una casa de acogida hasta los seis meses. Tiene dos hermanos biológicos en su país de origen mayores que él (una niña seis años mayor que él y un niño cinco años mayor que él), ambos hermanos descienden del mismo padre y llevan su apellido. François es hijo de un padre distinto, siempre llevó los apellidos maternos hasta el momento en que se realizaron los trámites de la adopción.

Sus padres adoptivos ya tienen una hija biológica (cuatro años mayor que François) en el momento de su adopción. Relacionan el motivo de la adopción con la ilusión que le hacía a su hija tener otro hermano. Fue muy difícil aclarar con estos padres la causa de la adopción más allá de lo manifiesto. A los dos años y tres meses de François, adoptan otro niño, dos años menor que él, también originario de Perú. Los padres comentan que en ese momento estuvo deprimido. Señalan que François era el juguete de su hermana mayor hasta la llegada de su hermano pequeño. Les preocupa su falta de confianza y la relación tan mala que mantiene con su hermano pequeño. Me dicen que a veces miente, por ejemplo, cuando ha roto algo. Su caligrafía es desordenada y corta las palabras por donde no debe. La expresión escrita se le da mal y escribe como oye. Tienen la sensación que escribe como habla un bebé, como que no hubiera una conexión entre lo escrito y el pensamiento. Por esta razón acude a una logopeda.

Parece que nunca le gustó dibujar. Hace un bloqueo con el español y tiene dificultades para memorizar algunas cosas en el colegio, a pesar de mostrarse muy motivado e interesado. Los padres refieren que es el que más se parece a su madre biológica, tienen unas fotos que me enseñan. Recuerdan que, hasta los tres años, François necesitó tener a los padres bajo su campo de visión. Continúan comentándome que tenía tics entre los seis y los seis años y medio, se refieren a que miraba detrás e iba jugando a las espadas con un “amigo invisible”. Además, llora fácilmente. Esperan que a través del análisis encuentre su identidad.

Por otro lado, me pongo en contacto con la logopeda, ha valorado a François, en su opinión las palabras para este niño: “No transmiten sentido y carecen de imagen.”

A continuación, describiré algunas pinceladas de las tres primeras horas de juego que mantuve con el paciente.

François se muestra muy callado, casi temeroso; establece buen vínculo conmigo, mostrándose muy colaborador. Su mirada permanece clavada en la analista, se queda en silencio y de forma dócil responde a lo que le indico.

Me explica que le traen aquí porque no está contento con M. (hermano pequeño) y comenta: “Quiere llamar la atención y me empuja. Mi padre por lo menos le regaña.”

Dibuja un tablero de ajedrez. Según le voy preguntando me explica que hay un rey, un caballero, un loco, peones, torres…Le pido una historia del dibujo y me comenta: “Hay dos hombres conocidos en España que juegan a la ajedrez, uno de ellos gana y se convierte en el campeón de España.” Le señalo cómo pareciera que mira de reojo el libro que ha traído con él. François asocia entonces: “El libro habla del pasado, hay una isla, la isla de los cuatro vientos. La isla pertenece a alguien a quien no le gustan los extranjeros. Los cinco han ido a la isla. Este libro no me gusta demasiado, hay una puerta más bien rara. Me gusta más un libro que se llama la Dama Roja, la Dama Roja va en carroza y el libro te hace pensar el porqué. La dama roja roba niños.

Cuando te coge la mano, el niño está bien construido y cuando no te la coge es como que estuviera en ruinas. Es muy raro. Es como si fuese mágico. Me gusta porque hay un montón de cosas raras que hay que pensar. En el “Club de los Cinco” te dicen todo, en la Dama Roja hay que adivinar.

En otro capítulo, la Dama Roja se ha hundido en el barro y luego entra en la casa con el niño pequeño, viene en carroza y eso no lo entiendo. El niño pequeño quería un caballo balancín y cuando han llegado la Dama Roja lo ha llevado a una gran sala y había un caballo balancín. El niño se pregunta que cómo es que sabía que era su regalo preferido.”

A lo largo de la segunda hora de juego, François sigue sin interesarse por la caja. Se mantiene callado. Le propongo dibujar algo. Comenta: “Es un laberinto, no lo voy a terminar porque es demasiado largo. Cuando vas a un laberinto te pierdes, es el comienzo de varias entradas.”

Al inicio de la tercera entrevista, abre la caja, murmura “gracias” y coge lo que está en la superficie, no revuelve el contenido y me pregunta: “¿Esta plastilina se sujeta eternamente?” .Se pone a hacer una figura geométrica con la plastilina y comenta: “Ahora voy a escribir.” Pronuncia su apellido y lo esculpe. Y continúa: “Ahora voy a hacer un caracol.” Le señalo que ha hecho dos caracoles. “Es que se conocen”, contesta. Pregunto si son amigos. François replica: “No, son iguales, pero este tiene un caparazón muy gordo.”(silencio). He visto que había plastilina entera, pensaba que había un poco para todos los niños, ahora he cogido el blanco y no habrá para los otros.” Le aclaro que lo que hay en esta caja es solo para él, observo que se pone contento.

Comentarios de las primeras horas de juego:

En mi opinión, a lo largo de estas primeras horas de juego comienzan a surgir unas primeras pinceladas de la problemática de François en distintos niveles de su funcionamiento psíquico: en la primera hora de juego a través del tablero de ajedrez, pensé en mecanismos obsesivos y cómo quizás las cosas en su mente podrían quedar encasilladas. Después, me encontré pensando en la rivalidad entre hermanos (M. le empuja, el juego de ajedrez se convierte en una competición) y el ajedrez como juego donde se mata al rey y la reina, me llevó a pensar en la representación de los padres. En este sentido, pensé que François no solo deseaba transmitirme su enorme preocupación por el lugar que ocupaba entre sus “nuevos” hermanos, sino además por el que le brindaban sus padres adoptivos y por el que había ocupado a lo largo de su historia, que inevitablemente no cesaba de cuestionarle también en sus orígenes. Por último, en la relación transferencial, por el lugar que su analista le daría. Es en este punto, que pensé que a través de la fantasía de la “Dama Roja” y más adelante en la tercera hora de juego “de la plastilina que desea que sea eterna y deje marca de su nombre y apellido”; quizás François se cuestionaba su origen incierto y con ello su identidad. Ambas representaciones me parecieron inquietantes, la primera, la “Dama Roja” ambivalente (buena porque “construye a los niños”, mala porque “los roba”), la segunda “la plastilina”, no duradera.

A lo largo de la primera hora de juego, imaginé el posible vínculo transferencial: la analista como una posible “madre buena” que construye de la mano de un niño a un niño o la analista “madre mala” que se dedica a robar niños o a arruinarlos (niño en ruinas). .En boca de François: “… Cuando coge la mano, el niño estaría bien construido y sino en ruinas.”

En mi criterio, desde el inicio empieza a aparecer una fantasía inconsciente transferencial en la que los dos juntos iremos descubriendo los misterios: comenta que no le gusta el libro de los cinco (en la familia son cinco), ya que en los cinco “te dicen todo”, en cambio en la “Dama Roja” se trata de adivinar y eso es lo que a él le gusta; vislumbré entonces un deseo en él de que juntos fuéramos adivinando y no de una forma violenta donde “…te lo dicen todo…” sino dejando lugar para el “misterio” y la “adivinanza” . Este deseo por el descubrimiento me pareció que podría quedar corroborado por su segunda hora de juego: “Es un laberinto, no lo voy a terminar porque es demasiado largo. Cuando vas a un laberinto te pierdes, es el comienzo de varias entradas”. Imaginé como François podía sentirse perdido y vivir su historia como un laberinto con distintas entradas y varios padres.

En la tercera hora de juego, François pudo interesarse por la caja. A esto se une la creación de dos caracoles iguales, uno de caparazón gordo. Esto me llevó a pensar en la estructuración defensiva de François, donde necesitaba quizás “ocultar” su vulnerabilidad adentro de un caparazón gordo. También, me encontré pensando en “dos caracoles” como en dos hermanos adoptivos en una familia con una hermana biológica que me remitió de nuevo al lugar que ocuparía François en la familia.

François, se me representó en aquel momento como aquel “amigo invisible” que me describían sus padres: un niño a veces invisible ante los ojos de los demás, niño “fantasma” con un narcisismo frágil en vías de construcción.

Me pareció que François podía funcionar en varios niveles: por un lado se mostraba en algún momento “desconectado”, ausente y yo lo sentía lejos, por otro, daba cuenta de un funcionamiento psíquico más evolucionado, donde el paciente frente a algún señalamiento asociaba con un nivel de simbolización distinto. A nivel contratransferencial, yo sentía a un niño que se encontraba desamparado.

Todo este conjunto de cosas, me llevaron a pensar en la posibilidad de François para realizar un proceso psicoanalítico. Es así cómo le propuse un encuadre a tres sesiones semanales que empezaríamos poco después. Volví a tener una entrevista con los padres, en la que acordamos que realizaríamos otras entrevistas en función de las necesidades que se fueran planteando a lo largo del análisis de François.

Sesión del primer mes de análisis:

(Dibuja al llegar) (Silencio)

A: ¿Qué has dibujado hoy?

P: Un salvavidas, alguien con un salvavidas, dos montañas, la raya son las nubes, esto es el camino que hemos hecho ayer. Ayer dimos un paseo por la montaña, teníamos las nubes muy cerca. Estábamos arriba. Esto es la nieve. Como está al lado del mar (en francés “mer” se escucha y pronuncia igual que madre) puede hacer barco de vela. Esta persona toma clases varios días por semana.

A: Tú también vienes varios días aquí y quizás hoy quieres que yo sepa que necesitas que construyamos un salvavidas en tu interior para protegerte de las cosas que te preocupan…

P: Si tiene miedo la persona, que vuelva a la superficie. En realidad, lo he dibujado porque en clase de vela vamos a hacer un test para que cuando nos caigamos al agua sepamos nadar. El barco se da la vuelta, está vacío para respirar. Cuando hagamos el test tenemos que pasar por debajo de una línea.

A: ¿Entonces si te caes en la profundidad del mar sin saber nadar te puedes asustar mucho?

P: Era cuando era pequeño, tenía miedo de las algas. M (hermano pequeño) se ponía algas encima de la cabeza. Ahora me da un poco de miedo. Veíamos las medusas y todos nos hemos hecho picar por una medusa, salvo mi papá y mi hermano pequeño. Como M tenía algas me daba mucho miedo.

Las algas te pueden ahogar cuando estas bajo el agua, te pueden impedir respirar. Sino, también hay olas que te pueden ahogar pero hay algas que no me gustan nada. No tengo ningún problema para andar por encima de las algas. Mi hermano pequeño puede ponerse algas por todas partes. Tengo un amigo que me ha dicho que las olas dan mucho miedo. También hemos leído un libro que da mucho miedo: “Los gatos” Hay un gato negro degollado, una paloma degollada, dos gatos, una gallina, tres gatos, un conejo…así hasta seis gatos. El héroe se llama Sebastiano. Delante de su puerta tiene seis estatuas inmóviles de seis gatos negros, están inmóviles, parecen que son estatuas negras. Esas estatuas quieren matar a Da que es el abuelo del protagonista. El abuelo piensa que si se mata él mismo habrá menos gatos. La casa estaba plagada de gatos. Pone fuego a la casa y la incendia. Mi amigo me dice que el barco da más miedo que el libro de los gatos.

¿Tienes un pañuelo?

A: Si

(Los pañuelos están a disposición y coge uno) A: ¿Qué te ha pasado, te has quedado ahogado? P: Es que es enervante.

(Silencio)

Hemos ido de escalada mi padre, mi hermano y yo. Mi hermana y mi madre no querían venir. Mi padre ha gritado y mi hermana y mi madre se han asustado porque pensaban que era un perro. Otro día, dimos un paseo, el camino era raro, había agua que llegaba hasta las rodillas. Ahí tuvimos miedo. Hace mucho tiempo, cuando tenía siete u ocho años habíamos descubierto una gruta, había que entrar con lámparas y yo no quería.

A: Parece que tuvieras mucho miedo de quedarte ahogado, atrapado en las profundidades del mar o en la gruta o también que las algas o el agua te puedan ahogar…

P: Es que cuando tengo miedo, me acuerdo de todos mis miedos. Hemos visto estalactitas, estábamos debajo de un riachuelo, había gotas que caían del techo. Hacía tin, ton, tin, ton. Era como música.

A: Como que a ti te pasará entonces algo parecido y te asustará pensar que un miedo puede invadirte porque te aparecen muchos más…¿Y luego entonces te acordaste de una música del miedo?

P: Otra vez tuve miedo cuando tuve tres años en una feria. Nos hemos subido en una rueda muy grande que se doblaba para que la gente no se cayera, pero a mí me daba miedo. Con los gatos puedes tener la sensación que los gatos están en tu habitación.

Comentarios de la primera sesión:

A mi entender, a través de la primera representación de “alguien con un salvavidas”, un “alguien” sin color, siniestro, carenciado (ojos vacíos, sin piernas, ni pelo), François empieza a desplegar a lo largo de toda esta sesión su temor al ahogo, temor que le conduce a otros, para finalizar con el miedo en la gruta, cuestión ésta última que comprendí como fantasía de regreso al útero materno y necesidad de elaborar la escena primaria.

Volviendo al inicio de la sesión, entendí que en la transferencia François me pedía que le ayudara a terminar de construirse: …”En realidad lo he dibujado… para que cuando nos caigamos al agua sepamos nadar”. Por ello, hago mi primera interpretación, en el sentido siguiente: La relación analista – paciente y el encuadre analítico como un “salvavidas” protector que le ayude a no hundirse y quedarse enredado entre las algas.

Más adelante, surge la rivalidad con su hermano M. ya presente en las primeras entrevistas. Parece que él se siente más miedoso que M. y más vulnerable que su padre adoptivo y M., a quienes no les han picado las medusas. Hipotetizo aquí que quizás el padre y el hermano forman parte de un equipo del que él queda excluido. François despliega un poco más adelante lo que ya había planteado al inicio de la sesión: la angustia por el ahogo y con ello todo lo que puede ocurrir en las profundidades del mar (Mer en francés – mère – madre):“…Las algas te pueden ahogar…las olas te pueden ahogar…”. Este miedo le lleva a asociar con otros miedos y nombra toda una serie de animales que mueren degollados a través de la historia de “Los gatos”. Es en este punto que me encontré pensando, cómo quizás, por un lado, François le pedía a su analista que “le salvara” y cómo por otro, empezar a adentrarse en las profundidades del análisis y de él mismo le creaba fantasías que se tornaban peligrosas para él. En la historia de “Los gatos”, François se refiere al posible suicidio del abuelo Da. Siento que el paciente se angustia y me pide un pañuelo para consolarse, por ello hago mi siguiente interpretación: “¿Si él sintió que se iba a ahogar?”. Asocia un poco más adelante: “… Había agua que llegaba por las rodillas. Ahí tuvimos miedo…” Le nombro sus afectos (miedo en este caso) y asocia más adelante con su temor a sentirse invadido por todos sus miedos: “Es cuando tengo miedo, me acuerdo de todos mis miedos” y se acuerda de la gruta donde iban con una linterna y caían gotas del techo: “Hacían tin- ton. Era cómo música” .En ese momento François se me representó por un lado como un niño con una cabeza – techo porosa por proteger. Al escuchar el relato de la gruta, me encontré asociando la música “tin-ton” con sonidos deshilachados, sonidos aislados que sólo tienen como único compás el eco del vacío. Esto me hizo repensar en la música como en “lo materno” sin sentido que ahoga, en la doble experiencia de abandono, como de una “música del vacío, del miedo” que François necesitaba primero poder ir nombrando para poder ligar esos “ruidos”. Por ello, incluyo en mi última interpretación: “¿…Y te acordaste de la música del miedo…?”

Finalmente y atendiendo a la simbolización, François daba cuenta de dos funcionamientos psíquicos distintos y simultáneos: por un lado, me permitía escuchar sus asociaciones y por otro, me llevaba a cuestionarme posibles fallas de simbolización: en cuanto a la construcción simbólica de su propio cuerpo y la categoría simbólica de la no transparencia.

Comentarios entre sesiones:

Durante el tiempo que transcurrió entre la sesión que acabo de comentar, más cercana al inicio del análisis y la siguiente que leerán a continuación, transcurrió aproximadamente un año. Durante este tiempo, fueron surgiendo distintos temas. Fantasías que apuntaban a la necesidad de mitigar las angustias de abandono de François y que nos llevaron a trabajar la elaboración de la escena primaria desde distintos ángulos. Esto surgió a través de la fantasía de robo, donde François se sentía un niño robado traído del país de los pobres por unas personas ricas que le podían comprar. Cuando fuimos profundizando en cómo había sido su adopción, cómo había dejado allí otra familia y otro lugar, apareció la fantasía de escena primaria matizada por la muerte. Durante varias sesiones François me habló de técnicas de pesca: la red de arrastre se hundía en el mar y venía a arrastrar pequeños peces que viajaban muertos en cámaras frigoríficas.

A lo largo de este tiempo, en mi criterio, se fue construyendo una categoría simbólica que no estaba construida en el primer material, la categoría simbólica de la no transparencia, cuestión que implicaba (como otros aspectos que he mencionado en mi primer material) una construcción de la represión. El trabajo consistió en este punto en ir nombrando imágenes y sensaciones para poder ir dándole un significado. François mostraba entre otras disociaciones; disociaciones a través del idioma o cortando las palabras por donde no debía, que pude entender como una disociación del afecto que daba cuenta a su vez de su aislamiento afectivo. La imagen y palabra no estaban conectadas. No podía representarse la imagen de la palabra. Solía decir: “Los problemas no están, porque las palabras están separadas”. Con el tiempo, François me transmitía mucho menos aislamiento y parecía mostrarse mucho más alegre y más integrado con sus compañeros. A nivel contratransferencial, yo lo sentía mucho más cercano.

Segunda sesión: en torno al año de tratamiento: P: (Dibuja al llegar)

Aquí hay una trompeta y al lado una guitarra. Conozco más instrumentos pero no los he dibujado. Hay personas en la calle que he visto que tocaban la trompeta, el clarinete y la guitarra. Tocan para ganar dinero, para vivir. Con el dinero se van a comprar comida y podrán vivir. Eran personas que tenían frío porque tocaban música con una bufanda. Hace dos años he hecho flauta dulce. Mi hermano hace violín. La guitarra es un instrumento de cuerdas y la trompeta de viento. Esto es el sonido que sale de la trompeta y de la guitarra.

(Dibuja las notas)

A veces la guitarra está mal afinada y hace un ruido raro. Si no, existen más instrumentos. Con la guitarra se puede tocar y a la vez cantar, con la trompeta no. La música está escrita, hay un pentagrama. Varias notas seguidas van a hacer una canción.

A: Sí, a veces la guitarra está mal afinada y hace un ruido raro y para que haya una canción bonita la guitarra no puede hacer ruidos raros y los instrumentos tienen que estar sintonizados entre si. Varias notas seguidas van a hacer una canción.

P: Es verdad que si hay uno que va más rápido la música no será buena. Este año en clase, tengo música. Al principio del pentagrama hay una clave de Sol.

A: Al principio del pentagrama hay una clave de Sol y con las notas suena una música, además hoy te salió

un dibujo de una música con mucho color, a lo mejor empieza a surgirte dentro de ti mucha música…

P: Si la música va muy rápido, entonces no sabemos las notas. No la escuchas demasiado porque te concentras en las notas. Si hay una canción larga y uno se equivoca en una nota todo va a cambiar. Los músicos que hacen música se concentran verdaderamente en las notas y no en otra cosa. Está el pentagrama, hay que seguir las reglas. También está la clave de Fa. Los primeros días habrá un espectáculo, al día siguiente se graba y luego puede uno moverse con la música grabada.

A: ¿Entonces cuál es tu propia música?

P: Escucho distintas músicas. Música española: “El canto del loco”. Jacques Brel y también Raphael que son cantantes franceses. También Mickael Jackson. También tengo un CD que me ha regalado mi padrino. Mi padrino hace música, él ha escrito la letra. Mi hermana suele escuchar la radio. Mi hermano escucha un CD que cuenta la historia de Cleopatra. En “El canto del loco” hay doce canciones. Jacques Brel y Raphael ya no lo escucho mucho. Conozco títulos de canciones del “Canto del loco”: “Vuelve a casa”, “Ven a la ciudad”. Conozco más canciones de Michael Jackson, retengo mejor el inglés que el español.

A: ¿Retienes mejor el inglés que el español?

P: Es un poco raro ya que hablo mejor español.

A: ¿Qué puede pasar? Tu que vienes de Perú, aunque eras muy pequeñito y no te puedes acordar del español, era en aquel entonces la lengua de tu mamá que tu escuchabas…

P: Antes no hablaba. Después, el francés es la primera

lengua que he sabido hablar. La clave de Fa es una sonrisa, mi mamá la dibuja así (y me la dibuja). No puedes hacer música sin notas.

A: ¿La clave de Fa, es cómo una sonrisa, como tu mamá? Una mamá y tu música. Primero fue la música del español que tu escuchabas y luego el francés que aprendiste a hablar que también es la lengua de tu papá y de tu mamá…

P: He visto en la tele un concurso de música, competían distintos países, creo que ganó Córcega. (Silencio) Voy a ir a beber agua.

A: Se te puso a lo mejor un nudo triste en la garganta de hablar de la lengua de donde tú vienes…Como si compitieran tus dos países…

P: La música me ha dado sed. Tenía la garganta seca. Yo creo que mi padre hace así y mi madre así. Voy a dibujar más notas. (y dibuja notas).

A: Tu papá hace así y tu mamá así (dibujo con él) y tu hoy me has dibujado tu música así…

P: (Silencio)

Comentarios de la segunda sesión:

He elegido esta sesión como segundo material de análisis, porque percibo aquí una mayor conexión afectiva de François con el mismo. Es uno de los primeros dibujos donde aparece color y ya no todo es tan vacío ni gris como en los anteriores. Esta sesión precede otras, donde empiezan a aparecer temáticas más adolescentes, como por ejemplo un “concierto de Michael Jackson”, donde el paciente entusiasmado relata cómo baila con esa música que le hace sentir un “torbellino” en su interior.

En un primer momento, el relato de la “guitarra que hace un ruido raro y está mal afinada” me llevó a asociar con la representación de una guitarra – madre que hace un “ruido raro”, una representación madre que no entra en sintonía. Por ello, con mi primera intervención retomo sus palabras y en la transferencia trato de “entrar en sintonía” con el fin de ligar los distintos elementos y tratar de sacarle del funcionamiento obsesivo de ese momento. François asocia: “Es verdad que, si hay uno que va más rápido, la música no será buena. Este año tengo música. Al principio del pentagrama hay una clave de Sol.” Pensé en que quizás ciertos aspectos empezaban a transformarse en François permitiéndole empezar a tener y sentir su propia música. Por otro lado, al principio del pentagrama estaba la clave de Sol; que pensé como representación de lo paterno en la que él ahora se podía apoyar. Aludo en mi siguiente interpretación a la música que va surgiendo dentro de él, para luego llegar a preguntarle cuál es su propia música.

Me llamó por otro lado la atención, cómo en su intento por mostrarme la clave de Fa, en mi criterio quizás otra representación de lo materno y de Sol diferenciadas, la clave de Fa se confundía en una clave de Sol. Esto me llevó a hipotetizar la posibilidad de una escena primaria combinada donde los objetos internos madre y padre estaban confundidos.

En mi criterio, en esta sesión a pesar de que François comente: “No escuchas demasiado la música porque te concentras en las notas”, una forma de disociar, ya no surgen sólo sonidos deshilachados, pero una melodía. Asimismo, la música de su madre y de su padre le van permitiendo quizás por identificación que surja su propia música. Por ello, le hago mi interpretación: el comienzo del surgimiento de su música, de su mundo afectivo y de todas las cosas que podía empezar a sentir. Asocia con su música, son significativos los títulos de las canciones que recuerda: “Vuelve a casa”, “Ven a la ciudad”, “El canto del loco”. Pensé aquí que quizás François se sentía dividido entre “volver a casa” y “venir a la ciudad”, dividido entre dos familias y que esta era su música: en un sentido “El canto del loco”. Cuando aquí me comentó que retenía mejor el inglés que el español (inglés, idioma este que no había estudiado) recordé su bloqueo con el español a pesar de que François llevaba en España varios años. Por esta razón, decido subrayar el hecho de que retiene mejor el inglés. Asocia con la clave de Fa: “Es una sonrisa, mi mamá la dibuja así” Por ello interpreto, que juntarse con una mamá es para él una sonrisa, en el sentido que primero fue la música lo que surgió entre los dos al juntarse con una mamá. Asocia con la competición, gana Córcega, es decir, Francia. Finaliza la sesión teniendo que ir a beber agua, me quedé pensando cómo pareciera en un nivel que esos dos mundos entraran en “competición”, como que quizás la añoranza de una música flotante que no llegó a significarse le hubiera puesto un nudo en la garganta de tristeza, pero cómo a la vez podía apoyarse en su padre y su madre: “Creo que mi padre hace así y mi madre así”

Comentarios finales:

Tiempo después de esta segunda sesión que acabo de mostrar, por motivos laborales la familia tuvo que dejar Madrid. Esto provocó la interrupción del tratamiento y el inicio de otro tratamiento allí en este otro país.

Por un lado, pienso que es importante resaltar en este niño el surgimiento del fantasma de la escena primaria en el análisis, aunque sólo fuese un fantasma de escena primaria combinada, por ser este un elemento básico para ir procesando sus orígenes.

Por otro lado, a pesar de esta interrupción, creo que se fueron produciendo algunas transformaciones muy importantes en la realidad psíquica del paciente. Su concretud y dificultad de simbolización de los primeros tiempos, a pesar de su posibilidad asociativa en otro nivel, se fue transformando en una posibilidad de fantasías y simbolización que le fue permitiendo sentirse mucho más aliviado y acceder a otro lugar.

 

  1. El material ha sido lo suficientemente distorsionado para que no se pueda reconocer al paciente, ni a cualquier 11

persona de su familia.

Sobre la autora*

Laura Ezquerra es psicóloga con especialidad clínica y psicoterapeuta. Es psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica de Madrid (APM) y de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA)

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