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LA VIOLENCIA Y SUS DESTINOS: EL ABUSO SEXUAL INFANTIL*

LA VIOLENCIA Y SUS DESTINOS: EL ABUSO SEXUAL INFANTIL*

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Abuso sexual infantil y psicoanálisis

Las figuras de la violencia hoy en día adquieren infinitas manifestaciones que abarcan desde el cuerpo mismo de la sociedad o de una institución hasta las manifestaciones en el cuerpo real y simbólico del individuo.
El abuso sexual infantil es una forma gravísima de maltrato, de violencia, ejercida sobre un niño o una niña que deja efectos muy profundos, y sus consecuencias para el futuro de las relaciones íntimas pueden ser devastadoras. Dada su magnitud, el abuso sexual infantil puede considerarse más que un crimen. Es un asesinato a la infancia.

Como en toda catástrofe, como en todo trauma, la elaboración de los efectos psíquicos que afectan a las víctimas dependerá, como sabemos, de los modos en los que cada uno pueda ir resignificando, comprendiendo y entramando el suceso en su historia singular. Sí. Hay un trabajo psíquico individual y singular que compete a cada persona abusada o violentada, pero también creemos que, para que pueda ser realmente elaborado, es necesario que encuentre interlocutores y es necesario, también, que encuentre las respuestas sociales adecuadas.

Muchas veces las palabras no alcanzan para describir y comprender la situación vivida y entonces, el sujeto mismo se silencia. Y su silencio se transforma en su único testigo.
Juan Carlos Volnovich dice que cuando hablamos de Abuso sexual infantil no debemos hablar de silencio. Debemos hablar de secreto. Pero no se trata de un secreto cualquiera, sino que debemos entender el secreto como una perversión de la intimidad. El legítimo derecho a lo íntimo se pervierte transformándose en ocultamiento y se vuelve clandestino. El secreto se opone a la denuncia y al pedido de ayuda; por vergüenza, por miedo, por culpa o por arrasamiento subjetivo, los niños y las niñas abusados hacen síntomas, pero guardan un secreto. Viven atenazados entre el silencio y el temor. Un silencio que los condena como cómplices y culpables y un temor a revelar el secreto por las consecuencias destructivas de las que se hacen responsables. Su experiencia no tiene más pruebas de verdad que las de su propio cuerpo y las de su memoria, pero de una memoria frágil que solo podrá construir un relato fragmentado y fracturado. Porque la verdadera memoria se guarda, secretamente, en silencio.

El abuso sexual infantil supone, además, una violación psíquica y una violación de la confianza básica en los lazos que deberían aportar amparo, protección y seguridad. Por eso, Richard Gartner prefiere utilizar el concepto de traición sexual al subrayar la vivencia íntima de traición en el vínculo de apego en el que un convenio implícito de protección, seguridad y cuidado ha sido destruido. Gartner sostiene que este quiebre en el marco interpersonal de referencia es el núcleo de cualquier traición sexual.

Por eso creemos imprescindible dar voz a las personas que padecen o han padecido abuso o violencia. Se hace imprescindible que, como sociedad, nos posicionemos y brindemos espacios seguros y confiables para que, de todo esto, se pueda hablar. También entre profesionales. Sin etiquetar a las víctimas, sin juzgarlas, sin condenarlas, y sin negar ni desmentir la realidad.

Sabemos que una prevención completa del abuso sexual infantil no es un objetivo alcanzable a corto plazo. Sin embargo, cada uno de nosotros -profesionales, políticos, docentes, comunidad religiosa, y en última instancia, la sociedad toda – tenemos que aspirar a ello.

Y con ese criterio hemos elegido a los ponentes que nos acompañan hoy, profesionales comprometidas que desde diversos ángulos y propuestas terapéuticas se acercan al dolor de quien sufre.

*Presentación de la segunda mesa redonda del ciclo “La violencia y sus destinos” dedicada al abuso sexual infantil.

Gabriel Ianni

Miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional

Presidente de AECPNA


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